Cogí una chaqueta, una brújula y una bolsa de lona con lo imprescindible. Mis botas eran tan sólidas y nuevas que confiaba en ellas. Tomé el camino más directo a París, firmemente convencido de que si iba a verla a pie, ella seguiría con vida. En el invierno de 1974 el cineasta Werner Herzog (...)
Herzog, cineasta genial y aventurero irredento, se fue a la selva amazónica a finales de los setenta. Tardó un par de años en filmar, Fitzcarraldo (el tiempo que le tomó subir un barco a una montaña), y dejó escrito este libro, que según él, es lo mejor que ha hecho. Recuperamos la primera edición (...)