Corre el año 1555 y el emperador Carlos V, con apenas 55 años, es un viejo cansado de tanta lucha. Tras abdicar de sus tronos, desembarca en España para retirarse en el apartado monasterio extremeño de Yuste. Junto a él viajan sus relojes, pero ante la poca vida que siente que le queda pide a su (...)