Objetos tenaces de Nueva York
A mediados de 1980, tres vagones cargados con pavo congelado recorren hacia el norte el Barrio Neoyorquino de Meatpacking. Lo hacen por lo alto del West Side Improvement, el viaducto que durante décadas ha conectado industrias y mayoristas del suroeste de la isla con los muelles de carga de la ciudad, atravesando fábricas y almacenes desde la calle 34 hasta la terminal de St. John, en la calle Spring. Es el último tren.
En el año 2000, ante la amenaza de su demolición, dos vecinos del West Village encargan al fotógrafo Joel Sternfeld un reportaje del trazado férreo ahora durmiente. En poco tiempo, aquel conjunto de imágenes da alas al proyecto que salva la línea elevada transformándola en el celebrado parque urbano conocido como The High Line.
Entre el paso de aquel último convoy y el comienzo de las obras, transcurre un cuarto de siglo en el que el ente queda suspendido, desprovisto de sus antiguos vínculos. Desarraigado por un cambio de circunstancias, peligran la estructura y las historias incrustadas en su acero roblonado. Es entonces cuando se decide la continuidad o no del objeto.