La gran obra de los Caminos de Santiago. La Vía Podiense Tomo XIX
Este volumen es un auténtico descubrimiento para conocer uno de los camino más importantes más allá de nuestras fronteras: el camino de Le Puy, también llamado Vía Podiense. Para empezar, es uno de los cuatro itinerarios consagrados por el Códice Calixtino. El itinerario que se hace comenzar en Auvernia tiene a su favor, más allá de figurar en la ?biblia? calixtina, un segundo argumento de peso e icono imbatible: la temprana peregrinación emprendida por el obispo de Le Puy, Godescalc, a Compostela (950-951). Su figura, en cierto modo mitificada, se ha presentado como la de un precursor que, acompañado de un numeroso séquito, inauguró la ruta. La antigüedad, ayer y hoy, sigue siendo un argumento de autoridad, y desde aquella peregrinación ha pasado más de un milenio. Pierre-André Sigal calificó la ruta de Le Puy como la de más difícil recorrido, pues no en vano los peregrinos deben superar la meseta del Velay, las gargantas del Allier, los montes de la Margeride con su desolada paramera, la áspera meseta del Aubrac y los emboscados barrancos de Rouergue; sin embargo, y acaso para compensar, también se trata del camino más hermoso, y del más corto de los cuatro. El camino transcurre por alguna de las ciudades y pueblos más espectaculares de Francia. Lo que no ha quedado claro, porque el Calixtino se limitó en su día a cumplir un expediente para justificar un encargo, es por dónde pasaba realmente esa vía que comunicaba Le Puy, Conques y Moissac con Ostabat. En el proceso de reconstrucción se acudió a la toponimia, la presencia de hospitales, el culto de Santiago o el paso documentado de peregrinos, pero aun así las dudas siguen estando presentes. De hecho, se pueden identificar hasta once variantes a partir del eje principal, un auténtico puzle sin todas las piezas que, no obstante, ha sabido componerse con eficacia para su reactivación contemporánea. La conversión del supuesto camino medieval en el GR 65, una fórmula muy diferente a la empleada en España ?aquí la recuperación de los caminos jacobeos ha estado, al menos en una primera fase, presidida por una historicidad que permitiese certificar la ?autenticidad?, requisito básico para su protección patrimonial?, nos ha proporcionado una atractiva ruta funcional que responde perfectamente a las expectativas de un peregrino del siglo XXI, cuyos intereses son muy diversos a los del pasado. Al refuerzo de su proyección cultural y turística ha contribuido, sin duda, la declaración de la Unesco, que en 1998 clasificó como Patrimonio Mundial una serie de monumentos repartidos en las cuatro vías calixtinas de Francia y en el itinerario de Le Puy. A la actual primacía del camino podiense contribuye decisivamente el atractivo de la ciudad de partida, Le Puy-en-Velay, pero la fascinación no se limita a la salida. Como dato anecdótico, pero indicador de la riqueza patrimonial, señalar que algunas de las anteriores localidades forman parte de la exigente y prestigiosa asociación Les Plus Beaux Villages de France.