La escultura monumental del S. XX. La experiencia mexicana
La escultura monumental es víctima de un olvido monumental. A pesar de que los grandes monumentos son conocidos y reconocidos por el público, muy pocos sabrían identificar a sus autores. En el caso de México, esto es particularmente evidente. Pues, a pesar de que el programa artístico de la Revolución apostó tanto por la escultura monumental, como por el muralismo, al final, solo los grandes muralistas mexicanos (Rivera, Siqueiros y Orozco) han alcanzado reconocimiento, mientras que los grandes escultores han pasado al olvido. Este libro se enmarca en un proyecto general de reconstrucción de la historia de la escultura monumental del s. XX, pero toma la experiencia mexicana como un modelo paradigmático de la evolución del monumento y de la propia historia del arte en Occidente. Por un lado, se ocupa de la gran escultura monumental vinculada a la Revolución y, por otro, de la evolución del monumento público, a partir de la irrupción de la obra de Mathias Goeritz. En torno a Goeritz floreció en México un nutrido grupo de grandes artistas que llevó el modelo del artefacto monumental a su conclusión.