La batalla de La Habana de 1749. Crónica de una muerte anunciada
Paradójicamente, el acto final de la Guerra del Asiento, popularmente conocida como de la Oreja de Jenkins, tuvo lugar meses después de iniciadas las negociaciones de paz entre España y Gran Bretaña, el día 12 de octubre de 1748, para ser más precisos. Durante años, desde 1739, las fuerzas navales de Gran Bretaña y España se habían mantenido al acecho esperando un gran combate decisivo que parecía que nunca se materializaría. Ninguno de los dos jefes de escuadra, Knowles por parte inglesa, Reggio por parte española, conocían el estado de las relaciones diplomáticas entre las dos potencias beligerantes, ni tampoco las hubiesen observado; la rivalidad había trascendido al terreno personal y la convertirían en una cuestión de honor. Knowles prometió a sus hombres como fabuloso botín de guerra la plata que cargaba la flota de Indias, la cual esperaba capturar como último golpe de efecto contra España; Reggio, decidido a batirse para impedirlo, apeló al honor de defender el estandarte del Rey Católico y la integridad de su Hacienda Real. Por fin, ese 12 de octubre de 1748, al mediodía, las dos escuadras se vieron frente a frente y entablaron un combate que se prolongó hasta el anochecer. Más allá de comprobar la fatuidad de una batalla inútil, sangrienta y chapucera, su análisis detenido brinda al historiador no pocas posibilidades de interés. De entrada, el desenlace del choque armado no satisfizo a nadie. Se saldó con una derrota táctica de la formación naval liderada por Andrés Reggio, pero, si bien los británicos se impusieron en el terreno operacional, fracasaron en sus objetivos principales: la captura de la flota de Indias, que logró zafarse de las fuerzas del enemigo, y la completa destrucción de la escuadra española fondeada en La Habana. Pero, por encima de todo, la batalla de La Habana de 1748 supuso el único enfrentamiento en mar abierto entre una escuadra española y otra enemiga en las aguas del Caribe, principal teatro de operaciones de la Guerra del Asiento. Dicho de otra forma, la única oportunidad de observar el rendimiento de la Real Armada en una situación de fuego real contra la Royal Navy. El choque puso de relieve las fortalezas y debilidades del programa de rearme naval con el que la nueva dinastía reinante en España quería hacer valer su posición en América y el Atlántico. En este libro se presenta un esfuerzo por analizar la batalla, relacionarla con su contexto histórico y apreciar su trascendencia en el contexto de las políticas de fomento de la Real Armada.