La batalla de Kursk
Aunque la batalla de Kursk ha cautivado durante mucho tiempo a los aficionados a la Segunda Guerra Mundial, esta ha sido injustamente pasada por alto por los historiadores. Basándose en la gran cantidad de documentos desclasificados gracias a la apertura de los archivos militares rusos, Dennis Showalter corrige por fin ese error. Esta terrible batalla fue el punto de inflexión crítico en el Frente Oriental durante la Segunda Guerra Mundial. Tras el brutal rechazo del Ejército Rojo a los alemanes en Stalingrado, la apuesta no podía ser más elevada. Más de tres millones de hombres y ocho mil tanques se dieron cita en el corazón de la Unión Soviética, a unos seiscientos kilómetros al sur de Moscú, en un encuentro que ambas partes sabían cambiaría el destino de la guerra. Los rivales estaban en la cumbre de sus respectivos poderes. En los dos bandos, los generales y dictadores a los que servían estaban de acuerdo sobre dónde, por qué y cómo luchar. El resultado fue una furiosa lucha a muerte entre dos de las fuerzas de combate más formidables de la historia, un combate que posiblemente sería el más grande de todos los tiempos.
Tras el choque, cuando el polvo se asentó, el campo de Kursk no era más que un páramo de cadáveres de acero, soldados muertos y restos humeantes. La victoria soviética acabó con las esperanzas alemanas de restaurar su posición en el Frente Oriental, y puso al Ejército Rojo en el camino a Berlín. La batalla de Kursk presenta a los lectores el que probablemente es el estudio más serio sobre este acontecimiento fundamental en el marco de la Segunda Guerra Mundial en las próximas décadas.