José Gómez Ortega. Lo que los hados se llevaron
Sumergidos en aquel ambiente, acudiendo a las fuentes que manejaron los aficionados que le acompañaron en su última viaje de Talavera a Madrid y de allé a Sevilla hemos encontrado una imagen de José sin velas que la deformen. Aquellas calles se llenaron de personas que querían y admiraban a Joselito, el gran ídolo de masas de una España que quedó con la respiración cortada una tarde de mayo de 1920. Esperemos con este yercer trabajo conseguir que el lector se imbuya de aquel ambiente y se plantee si algunas casi todas las cosas que ns han cntado de José fueron realmente como nos han llegado de la mano de los hados.