De Chirico
El pintor italiano nacido en Grecia Giorgio De Chirico (1888-1978) tuvo una enorme influencia en los primeros años del movimiento surrealista. Sus pinturas durante la segunda década del siglo XX en París, donde se instaló en 1911, causaron tal conmoción, que figuras de la importancia de Picasso y Paul Eluard las alabaron de inmediato. Esta fase de su trabajo, la cual denominó posteriormente pintura metafísica, se caracterizaba por composiciones dramáticas que implican una perspectiva angulosa, sombras extraordinarias, planos geométricos, espacios vacíos y un sentimiento generalizado de inquietud y soledad. El sentido de lo absurdo evocado por las figuras con apariencia de maniquíes en paisajes casi de pesadilla parecía sugerir una expresión freudiana del subconsciente. Después de 1930, De Chirico se encaminó hacia un estilo pictórico más clásico y siguió la misma tendencia hasta el final de su trayectoria; su trabajo posterior recibió numerosas críticas, especialmente por parte de los surrealistas que tanto habían admirado sus pinturas iniciales.