Daniel-Henry Kahnweiler, marchante y editor
Duramente maltratado por el devenir de la historia, que en 1914 privó al pacifista alemán de su colección y en 1940 requisaron al hombre judío de todos sus bienes, Kahnweiler se mantuvo fiel a una ética intelectual y mora que dio un carácter particular a las relaciones con sus artistas. Con un profundo sentido del deber, fue el protector de todos los artistas que presentó en sus galerías.