Crítica de las aves
El primer agravio al ser humano fue el giro copernicano (el heliocentrismo). La segunda herida a nuestro orgullo fue el origen de las especies (cuando Darwin expuso que descendemos del mono). La mortificación del hombre fue el descubrimiento del inconsciente por Sigmund Freud y de su poder sobre nosotros (el Ego no es el amo ni en su propia casa). El cuarto ultraje al hombre fue la digitalización (y la consecuente pérdida de privacidad). Y la quinta afrenta ha sido saber que los cuervos utilizan herramientas. Con reflexiones de fondo, desde una curiosidad apasionada e innata cultivada desde la infancia e ilustrada por el conocido dibujante alemán F.W. Bernstein al estilo de la nueva escuela de Frankfurt, Crítica de las aves no retrata, de la pluma de Jürgen y Thomas Roth, a nuestros compañeros alados como si de una guía puramente científica y clasificatoria se tratara. Antes bien, se trata de un libro culto y riguroso tramado desde todos los ámbitos del conocimiento, con numerosas referencias a siglos de convivencia con las aves que han quedado plasmados en la cultura: tradiciones e imágenes, fábulas, y plagado de observaciones científicas, filosóficas, literarias, artísticas y musicales de la talla de Hayden, Beethoven, Hildegarda von Bingen, Aristóteles, Goethe, Baudelaire, Hölderlin, Poe, Kant, Hannah Arendt, Adorno o Gertrude Stein, Werner Herzog o Pasolini. Esta obra aborda, entre otras de la misma índole y calado, la cuestión inquietante de que si bien todo el mundo sabe que un ave tiene plumas, y también que son fáciles de distinguir, por sus dos patas, plumas (hechas de queratina), alas, pico, y existiendo, con holgura, abundantes tratados de ornitología científica y sistemática e importantes institutos bien financiados dedicados a la investigaciones y experimentos con ellas de toda envergadura, paradójicamente, hoy en día multitud de personas de toda clase, raza y condición no son capaces de reconocer ni una sola de las quince especies.