La poesía taurina de Pedro Enríquez
Básicamente, son tres las dimensiones sobre las que Pedro Enríquez aplica su actitud poética hacia el mundo de los toros: humana (personal y existencial), estética y simbólica. A la percepción que con mirada limpia y sensibilidad sobre lo percibido vierte Pedro Enríquez, debemos añadir su entendimiento: entender el valor de lo litúrgico, el respeto por la tradición, la belleza de lo puro, la condición de un hombre que voluntariamente arriesga su vida a favor del arte... ¿No es acaso parecida la actitud del poeta que se consagra al abismo de lo auténtico? A través de su poesía, descubrimos una percepción noble, libre de estereotipos y perjuicios que valora la grandeza del toro y, por otro, el arte del torero, sin decantarse más por uno que por el otro.