La máquina Magritte
El título, La máquina Magritte, señala el carácter, no sistemático, pero sí metódico de la obra del pintor belga. Las numerosas réplicas y variantes en la obra de Magritte no fueron solo un recurso comercial, sino, como él decía, un modo de "precisar mejor el misterio, de poseerlo mejor". El propio artista reconocía que su procedimiento central consistía en generar variaciones y combinaciones a partir de un número reducido de motivos. Toda la obra de Magritte es una reflexión sobre la pintura misma, reflexión que el artista aborda con la paradoja como herramienta. La preocupación metapictórica se desglosa en distintos aspectos que conforman la exposición y que se reflejan en esta publicación que lo acompaña: la figura del artista ("Los poderes del mago"), la dialéctica de signos textuales y figurativos ("Imagen y palabra"), el juego con las siluetas, inspirado en el collage ("Figura y fondo"), el cuadro dentro del cuadro ("Cuadro y ventana"), los enigmas del rostro suprimido y recuperado ("Rostro y máscara"), el camuflaje y escamoteo de los objetos ("Mimetismo") y la reaparición de dichos objetos, más visibles que nunca ("Megalomanía"). La primera retrospectiva de la obra de Magritte en España tuvo lugar en 1989, organizada por la Fundación Juan March, y desde entonces no hemos tenido ocasión de ver una exposición del gran pintor belga en nuestro país. El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, que alberga una importante pintura de Magritte, La llave de los campos, inició hace cinco años, en colaboración con la Fundación "la Caixa" el proyecto que, tras sufrir varias demoras, ahora por fin llega a su término y se acompaña de esta publicación, coeditada entre Ludion, Fundación Colección Thyssen-Bornemisza y Fundación "la Caixa".