Eugeni Forcano "Fotografías 1960-1996"
(Canet de Mar, 1926) entra en el mundo de la fotografía como un vendaval al incorporarse a la revista Destino, Ilamado por Vergés
y Néstor Luján, en 1960. Autodidacta e intuitivo, mira con sagacidad, pasión é ironía cuanto le rodea. En 1964 Juan Perucho destacaba la profundidad humana de su obra. Y Josep Pla, siempre parco en elogios, dice de Forcano en 1966: "Es un gran fotógrafo, un gran artista. Es diferente e imprevisible. Singular". José Corredor-Matheos afirma: "Nos hace ver que la realidad es sorprendente siempre". Forcano tiene el don de la anticipación. Andrés Trapiello asegura que "lo más importante en sus fotografías es el latido de todo lo que aún vive". Y Josep Maria Espinàs percibe que "a sus personajes se les oye hablar".
La fotografía marcó su vida para siempre. Evolucionista y soñador, va cubriendo etapas: moda, ilustración, simbolismo... y una larga investigación sobreel color como nueva forma de expresión artística. Jorge Rueda escribió sobre ella: "Por fin has conseguido fotografiar los suspiros". Javier Pérez Andújar lo define: "Es, sobre vanguardista, un fotógrafo vitalista que ha entendido el lenguaje de su tiempo".
Todo parece confirmarlo. Josep Maria Huertas Clavería dice que "es uno de los grandes fotógrafos que ha dado Cataluña".