Alexander Calder. 1898-1976
El hombre que dotó de swing a la escultura
Cuando se complete la lista definitiva de los representantes clave de las artes plásticas en el siglo XX, no hay duda de que el maestro del movimiento Alexander Calder (1898-1976), el hombre que dotó de swing a la escultura, estará cerca del número uno. Calder la arranca del pedestal, se la entrega al viento, y nos deja juegos cinéticos del espíritu. Trabajó en el punto donde se fusionan modernidad y naturaleza, desarrollando un arte ambiental que cambió el medio para siempre. Visitando su taller de París en 1932, Duchamp acuñó el término "Móviles" para las delicadas obras de Calder a base de alambre y discos, construcciones que pronto llegarían a ser muy populares.
Pero él no se detuvo en sus innovaciones. Amigo de Miró, Mondrian y Leger, Calder también se dedicó a la pintura, al dibujo, a los gouaches, a los juguetes, a trabajar con textiles y al diseño de utensilios. Un maestro gráfico que trabajó tanto con aire como con tinta; los sesenta y los setenta vieron como Calder se pasaba a obras monumentales, traduciendo las dinámicas de las ciudades en sus "Móviles" y "Stabiles". En un momento en que la escultura era percibida como la antítesis del movimiento, Calder descompuso la gravedad y liberó los elementos en una obra que todavía hoy nos aporta aires de cambio en el mundo del arte.