El artista que más abiertos ha tenido los ojos, el pintor que más atentamente ha seguido la realidad con la mirada, se apercibe de que el poder del arte, sobre todo del arte del retrato, remeda la creación divina. Pero en el momento mismo en que inicia esta reflexión, cuando en el espejo se apresta (...)
Como una de sus brujas, el viejo Goya sobrevuela la intemperie de los Disparates, para precipitarse, como el perro semihundido de las Pinturas negras, sobre esa ciénaga de la realidad de donde solo se puede salir si nos hundimos en ella. Pero antes Goya tuvo que naufragar en el silencio para que el (...)