Almacén. El lugar de los invisibles
Esta exposición es un paisaje. Un universo en el que zambullirse. Presenta obras nunca exhibidas y custodiadas en el almacén del museo, lugar que, en la imaginación del público, evoca, a la vez, una bodega oscura y una reserva de tesoros secretos, una cueva de Alí Babá. Son unas 300 esculturas y objetos artísticos, de épocas, estilos y formatos variados, entre la Edad Media y el siglo XVIII. La muestra ofrece al visitante una experiencia inmersiva, gracias a una escénica instalación que permite contemplar las obras con una mirada nueva, más íntima y libre. Hasta hoy las piezas eran invisibles para el visitante. A través de esta iniciativa el Museo Nacional de Escultura se propone responder a los interrogantes que puedan existir sobre el significado del museo y su colección, sobre sus posibilidades, sus enigmas, sus paradojas y sus metas. La muestra se articula a través de principios fundados en el libre juego y en la imaginación formal: las posibilidades que ofreció la fabricación de esculturas en serie y la tendencia de la escultura a la multiplicación; contrapuntos basados en el dualismo entre dos impulsos contrarios, el suelo y el cielo, y los recursos empleados por el escultor para reflejar esta disociación espacial; reversos de obras que muestran su parte invisible y profana; parajes arquitectónicos poblados de marcos de pinturas, arquitecturas de retablos, columnas, capiteles, frisos, pilastras; agrupaciones corales, singularidades, fragmentos, series y variaciones. Con una instalación escénica que no sigue los tradicionales órdenes expositivos ni las jerarquías académicas, sino que permite al espectador observar las obras con una nueva mirada, 'Almacén. El lugar de los invisibles' se plantea como la ocasión de que los protagonistas en la sombra, artistas anónimos o desconocidos, los fragmentos dispersos, conquisten el primer plano.