Vine, vi, y Dios venció , tales fueron las palabras de Carlos V tras la batalla de Mülhberg. Porque Mülhberg fue algo más que una batalla: históricamente fue el punto más álgido del imperio, y a la vez el comienzo de la decadencia del emperador. Comienza esta historia en las riberas del río Elba. (...)
Fernando Álvarez de Toledo sabe que no le queda demasiado tiempo de vida. Desterrado en el castillo de Uceda por orden del rey Felipe II, a quien tanto y tan bien ha servido, como antaño a su padre el emperador Carlos, ha quedado en el olvido de su majestad. Pero no de la corte y, así, cuando se (...)