La concepción de las formas llamadas barrocas sobrepasa los límites de una mera y concreta época histórica; la categoría de Barroco se perfila, por tanto, como una "constante" de la cultura, definiendo un estilo fundamental de ésta y no meramente un estilo histórico o de época.
Estas consideraciones, escritas por Benjamin en 1934, en una época de crisis generalizada, imponen al creador una exigencia: la de reflexionar, la de preguntarse por su posición no ya sólo ante los procesos sociales sino dentro de los mismos.
La expresión caracteriza los movimientos del alma, es lo que hace visibles los efectos de la pasión. De igual manera, podemos decir que el rostro es el lugar donde el alma expresa más particularmente aquello que siente.
Una espléndida corte, una tropa brillante, una innumerable y rica nobleza, un numeroso y rico foro, un pueblo bullicioso, un gentío infinito forman de Nápoles una gran ciudad, cual solo se puede ver en Inglaterra y en Francia y cual ciertamente no se ve en otras naciones europeas. París y Londres (...)
El pintor del Renacimiento se fue alejando de la mera decoración de superficies impuestas para asumir una nueva responsabilidad: crear su propio espacio pictórico
"El arte no es una broma. La gente confunde las cosas. Yo nunca he confundido la broma con el placer. No me gusta aburrirme. Se cree que para pasar por un artista serio hay que aburrir a la gente. De no haber pintado por placer, me habría dedicado a otra cosa."
Moda viene del latín "modus": modo, medida, moderación, y también manera, en francés "façon", origen del "fashion" en inglés. El prefijo mod- la relaciona con modernidad, como quería Baudelaire (lo contingente, lo transitorio, lo fugitivo). Moda y moderno coinciden en dar la máxima relevancia a lo (...)